Del 9 al 11 de septiembre de 2015
En el año 2000, ONU Mujeres, el INEGI y el INMUJERES coincidieron en la necesidad de iniciar un diálogo internacional con los países de la región de América Latina y el Caribe, con el fin de coadyuvar en el fortalecimiento del conocimiento sobre la generación, difusión y uso de estadísticas de género para políticas públicas de igualdad, a la luz de las principales esferas de preocupación de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, del mandato vinculante de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, “Convención de Belém do Pará”. En ese año, se organizó el I Encuentro Internacional sobre Estadísticas de Género.
De esta forma, se construyó una sólida alianza estratégica, a la que en 2006 se sumó la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Uno de los avances más destacables de esta alianza fue la creación del Grupo de Trabajo de Estadísticas de Género (GTEG) de la Conferencia Estadística de las Américas (CEA) de la CEPAL. El mismo fue aprobado por la CEA en su IV Conferencia de 2007.
A la fecha se han organizado quince encuentros internacionales, donde se ha promovido el intercambio de buenas prácticas y lecciones aprendidas tanto en la producción como en el uso de la información para la elaboración, puesta en marcha, monitoreo y evaluación de las políticas públicas, así como el análisis académico de información desde la perspectiva de género. Los Encuentros se han realizado en la sede del INEGI, en Aguascalientes, México con el auspicio de INMUJERES, INEGI, ONU Mujeres y la CEPAL.
El trabajo del GTEG se enmarca en los objetivos estratégicos de la Plataforma de Acción de Beijing entre los cuales está la creación y el fortalecimiento de mecanismos nacionales para el adelanto de las mujeres, con el fin de que diseñen, apliquen y evalúen la incorporación de las perspectiva de género en las legislaciones, políticas, programas y proyectos, con base en una sólida información estadística que refleje cómo los distintos problemas sociales afectan de manera diferenciada a mujeres y hombres. Así, las estadísticas de género se han convertido en una herramienta imprescindible para las políticas públicas, la rendición de cuentas y para evaluar el progreso de las mujeres en el mundo.
Los encuentros internacionales de estadísticas de género han fortalecido la relación entre productores y usuarios de información de las estadísticas de género, mediante la difusión de conocimientos, la promoción del diálogo y el fortalecimiento de habilidades de funcionarios y funcionarias de las oficinas nacionales de estadística (ONE), de los mecanismos para el adelanto de las mujeres (MAM) y de otras instituciones responsables de políticas públicas. Esta alianza estratégica entre las instituciones que producen y las que usan la información estadística ha adquirido gran relevancia para visibilizar tanto el avance como las disparidades de género.
La Plataforma de Acción de Beijing se propuso alcanzar la igualdad de género en todas las dimensiones de la vida; sin embargo, ningún país ha logrado cumplir ese programa. En este sentido, la Plataforma sigue vigente, y su aniversario 20 ofrece nuevas oportunidades de renovar vínculos, revitalizar los compromisos asumidos por los Estados que la signaron y fortalecer la voluntad política para promover el adelanto de las mujeres y alcanzar la igualdad de género.
Además, este año también se cumple la fecha límite para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Por ello, los Estados Miembros de las Naciones Unidas, el sistema de la ONU, las organizaciones de la sociedad civil y la academia, entre otros, están trabajando para identificar la forma y las prioridades de una agenda de desarrollo para los próximos 15 años, que sea universal, transformadora y basada en derechos. Durante las discusiones sobre la agenda de desarrollo post-2015, la mayoría de los actores han destacado que una de las fortalezas del esquema de los ODM es haber tenido objetivos claros y metas concretas medidas por indicadores medibles y con fechas explícitas para alcanzar las metas, las cuales, como ha señalado el Secretario General de la ONU, fueron creíbles por parecer realistas y factibles.
Sin embargo, los ODM no incluyeron temas fundamentales para los grupos que padecen los mayores efectos de la desigualdad –entre los que se encuentran las mujeres y las niñas–, como los derechos humanos, el buen gobierno y la violencia. Por ello, la formulación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) deberá ser más ambiciosa y el progreso en el logro de sus metas deberá igualmente ser monitoreado con datos relevantes, con distintos niveles de desagregación, como sexo, etnia, edad, discapacidad y estatus socioeconómico, de manera que se refleje la distribución desigual de la riqueza, los recursos y las brechas de género para impulsar políticas basadas en evidencias y fortalecer la rendición de cuentas.
En febrero de 2013, la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas adoptó 52 indicadores mínimos para medir la igualdad de género, y aprobó nueve indicadores para medir la violencia contra las mujeres. Asimismo, en la Conferencia de Río+20 se estableció un Grupo de Trabajo Abierto (GdTA) sobre los ODS. En septiembre del año pasado, el GdTA presentó a la Asamblea General de la ONU un informe que contenía la propuesta de 17 ODS, incluido el ODS 5: Alcanzar la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. En septiembre de 2015, en los Estados adoptarán los ODS y en 2016 se llegará al acuerdo sobre los indicadores para su seguimiento y monitoreo.
Es un hecho que para lograr un desarrollo sostenible e incluyente es indispensable reducir las desigualdades, especialmente las de género. La discriminación contra las mujeres y las niñas afecta el progreso de los países. La agenda de desarrollo mundial deberá monitorear la eliminación de las brechas de desigualdad de género, así como modificar los factores estructurales que sustentan las desigualdades y la violencia de género. En este proceso las estadísticas de género cumplirán un papel fundamental.
Actualmente, contamos con más y mejor información estadística en temas relacionados con el género, los derechos y el empoderamiento de las mujeres, gracias al trabajo que han llevado a cabo en los últimos veinte años las ONE y los MAM.
Así pues, el XVI Encuentro Internacional de Estadísticas de Género será un espacio para reflexionar sobre la manera de adoptar y adaptar los ODS a las necesidades, prioridades y posibilidades de los países de la región, a la disponibilidad de los datos y sus niveles de desagregación, pero también para abonar a la discusión sobre el desarrollo necesario de las capacidades y el fortalecimiento de metodologías para la producción y el uso de la información, así como sobre la elaboración de indicadores de género relacionados con los derechos humanos y el avance de las mujeres y las niñas en temas como pobreza, acceso a activos productivos, financieros y tecnológicos, trabajo de cuidados no remunerado, estadísticas de violencia contra las mujeres y las niñas, participación de las mujeres en la toma de decisiones, entre otros.
Este año el XVI Encuentro Internacional de Estadísticas de Género se realiza con el objetivo de reflexionar y compartir buenas prácticas para el logro de la igualdad de género y los desafíos estadísticos que implicará la implementación de la Agenda de Desarrollo Sostenible Post 2015.