ANTECEDENTES DEL PROYECTO ESTADÍSTICO
Las encuestas sobre confianza del consumidor en el mundo surgen con un húngaro-estadounidense de nombre George Katona, catedrático (durante veinte años: 1952-1972) de psicología y economía en la Universidad de Michigan.
Pioneros fueron los trabajos de Katona en el Survey Research Center de la Universidad de Michigan y su Índice de Sentimiento del Consumidor (ISC), así como los de The Conference Board (Organismo privado de New York), que desde 1967 genera su Índice de Confianza del Consumidor (ICC). La Comisión Europea realiza desde el año de 1972 la encuesta del consumidor, siguiendo el proyecto de Katona.
Katona desarrolló la noción de expectativas en el ámbito de las políticas públicas norteamericanas a través de las encuestas nacionales. Llamó “expectativas” a todos aquellos ámbitos de la subjetividad de los agentes económicos que influyen en su comportamiento y sus decisiones.
El primer cuestionario de consumidores se realizó en 1946. El propósito primario de este cuestionario fue el de recoger datos activos de los hogares y sus ingresos, el patrocinador fue el Federal Reserve Board, el cual tenía poco interés en las expectativas y actitudes de los consumidores, sus metas eran el equilibrio financiero y la vida económica únicamente. George Katona, como el fundador del programa de la primera encuesta, convenció al patrocinador de que se debían realizar preguntas más generales y menos amenazadoras para crear confianza y ganar la simpatía de los entrevistados; por lo que, ideó una entrevista conversacional que introdujo nuevos campos de interés con las preguntas que hablaban sobre situaciones generales antes de hacer preguntas detalladas.
Katona siempre estuvo interesado en los factores económicos y psicológicos a los que llamó “el factor humano en asuntos económicos”, previó el poder cada vez mayor del consumidor de influir en la macroeconomía a partir de dos progresos en la economía norteamericana después de la segunda guerra mundial, según el crecimiento en ingresos y la inversión en bienes duraderos (compra de casa, vehículos, muebles grandes, etcétera).
Katona resumió los resultados de la investigación a partir de los años 40 y 50 en que “existían solamente dos motivos para ahorrar en la población americana: 1. Desean ahorrar para acumular un fondo de reserva contra contingencias imprevistas (desempleo, enfermedad o inhabilidad), y 2. Para utilizar el dinero más adelante en propósitos específicos, con diferencias de acuerdo con la edad.”
En grupos de edad de entre 45 y 65 años, se ahorra para el retiro en edad avanzada, en contraste con familias más jóvenes que buscan ahorrar para la educación de sus hijos, pago de una casa u otras compras grandes.
Más recientemente surgieron otros fundamentos teóricos que dan sustento a las encuestas sobre confianza del consumidor, tal es el caso de la teoría de las expectativas racionales de Robert Lucas que argumenta que los agentes económicos toman sus decisiones económicas, en este caso del consumo, con base en toda la información de que disponen de la economía y de sí mismos, así como las teorías de Milton Friedman y Franco Modigliani de que el consumo no sólo depende del ingreso corriente, sino también del ingreso futuro esperado.
En 1993, el INEGI levantó la primera encuesta de confianza del consumidor en 36 principales ciudades de la República Mexicana, con una muestra de 400 cuestionarios en cada una de ellas, el levantamiento se realizó en parques o plazas públicas, centros comerciales, iglesias, mercados populares, etcétera; a residentes habituales de la ciudad, llevando un sistema de cuotas por grupos de edad y sexo (se excluían personas en tránsito por la ciudad: turistas, agentes viajeros, etcétera).
En aquel entonces el instrumento de captación fue un cuestionario de 31 preguntas dividido en cuatro apartados:
· Cuatro preguntas de opinión a largo plazo.
· Cinco preguntas de datos socioeconómicos.
· Nueve preguntas de opinión de acuerdo con el ahorro, medidas económicas en general y cuestiones sociales como: salud, educación, vivienda, alimentación, etc., y sobre los principales problemas del país y la ciudad.
· 13 preguntas de opinión a corto plazo.
Posteriormente se dieron algunos cambios, básicamente en la cobertura geográfica y diseño debido a que se realizaron seis encuestas intermitentes hasta 1997.
En el año 2000, el INEGI decidió retomar nuevamente este proyecto al grado de hacerlo permanente e institucional, realizando una prueba piloto en los estados de Jalisco y México, la cual se llevó a cabo en el mes de abril, con una muestra de 400 viviendas distribuidas en 60 áreas de listado, 30 listados de vivienda por cada entidad.
En el estado de Jalisco se levantó en los municipios de: Acatic, Atengo, Chapala, Degollado, Guadalajara, Lagos de Moreno, Poncitlán, Puerto Vallarta, Techaluta de Montenegro, Tlaquepaque, Tonalá, Tuxpan, Zapopan y Unión de San Antonio.
En el estado de México se realizó en: Almoloya de Alquisiras, Almoloya de Juárez, Amecameca, Atizapán de Zaragoza, Chalco, Ecatepec de Morelos, Ixtapaluca, Jilotepec, Jocotitlán, Metepec, Naucalpan de Juárez, Nezahualcóyotl, Ocoyoacac, Temascalapa, Tlalnepantla de Baz, Tlatlaya, Toluca, Tultepec, Valle de Bravo y Valle de Chalco Solidaridad.
A nivel nacional, el inicio del levantamiento de la ENCO fue a partir de julio del año 2000 con una muestra urbano-rural de 5 056 viviendas mensuales de manera ininterrumpida. Durante los primeros tres meses del 2001, se suspendió el levantamiento debido a las medidas de austeridad y disciplina presupuestal en el Instituto, y se retomó en abril del mismo año con la misma muestra mensual. A partir de febrero de 2003 se realizó un convenio con el Banco de México para el levantamiento de la encuesta, sólo que la muestra cambió a 2 336 viviendas en las 48 principales ciudades del país; en marzo de 2007 pasó de 48 a 32 principales ciudades con el mismo número de viviendas.