| Resumen |
La medición del bienestar subjetivo se enmarca en un creciente consenso a nivel internacional respecto de la necesidad de dar seguimiento al progreso social desde la perspectiva de las experiencias de vida de las personas más que desde la disponibilidad de bienes y servicios. Esto implica llevar las mediciones del bienestar “más allá del PIB”, para centrarnos en reportes sobre la calidad de vida que nos ayuden a evaluar la medida en que la población disfruta de su vida, si está satisfecha con ella y con algunos de sus principales aspectos, si tienen sentido de propósito y si reporta experiencias gratas y significativas. Se trata entonces de un esfuerzo por reconocer que los destinatarios finales del progreso son las personas y que por eso es necesario poner menos atención a los aspectos materiales y más en el bienestar mismo que cada uno experimenta.
Para la medición del bienestar subjetivo, el INEGI ha implementado instrumentos de captación conocidos como módulos de Bienestar Autorreportado (BIARE) por medio de los cuales se solicita, a personas de 18 y más años de edad, que consideren un conjunto de aspectos relacionados con sus experiencias de vida y les otorguen una calificación. El diseño conceptual de BIARE sigue los lineamientos emitidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la que México es miembro. En esta ocasión, se presenta información actualizada del módulo “BIARE básico” a noviembre de 2024, con una muestra de 2 336 viviendas distribuidas en 32 ciudades (una por entidad federativa). BIARE básico brinda, por tanto, seguimiento continuo a información representativa de la población adulta urbana del país.
El balance anímico se construye a partir de la predominancia, durante el día previo a la entrevista, de diez estados de ánimo: cinco considerados “positivos” y sus cinco opuestos, denominados “negativos”. En noviembre de 2024, el balance anímico general alcanzó un promedio de 5.1. Los hombres valoraron más alto los estados positivos, mientras que las mujeres destacaron los negativos, con promedios de 5.6 y 4.7, respectivamente.
Ese mismo mes, la satisfacción con la vida en general registró un promedio de 8.6. Como en periodos anteriores, los hombres calificaron su satisfacción ligeramente más alta que las mujeres, con 8.7 frente a 8.5. La mayor brecha por edad y sexo se observó en el grupo de 30 a 44 años, donde los hombres reportaron el nivel más alto de satisfacción (9.1). En contraste, el promedio más bajo (8.3) lo registraron tanto las mujeres de 45 a 59 años como los hombres de 60 años y más, aunque en este último grupo las mujeres mostraron un nivel superior al de los hombres. En el grupo más joven, ambos sexos calificaron su satisfacción con un promedio idéntico de 8.7. En los demás rangos de edad, los hombres reportaron niveles superiores a las mujeres.
Además, las personas evaluaron su satisfacción con doce aspectos específicos de la vida. En noviembre de 2024, cuatro dominios obtuvieron promedios superiores a la satisfacción general con la vida: vivienda (8.8), relaciones personales, actividad u ocupación y logros en la vida (8.7 cada uno). Otros dos aspectos—perspectivas a futuro y nivel de vida—coincidieron con el promedio general de satisfacción (8.6). Los seis ámbitos restantes se situaron por debajo de este nivel: estado de salud (8.2), vecindario (8.0), tiempo libre (7.9), ciudad (7.2), país (6.9) y seguridad ciudadana (5.5), siendo este último el dominio con la calificación más baja. |